SEGUIDORES

lunes, 14 de noviembre de 2011

Tom Waits - Bad As Me (2011)



No sonar groupie. Si soy groupie de alguien, que sea de Lana del Rey o Joanna Newsom. No puedo ser groupie de Tom Waits. No quiero, tampoco: no fantaseo con escabullirme en un interprovincial y cruzarme Morona Santiago con Tom Waits (mas sí con las dos primeras). Digo esto porque probablemente voy a sonar groupie, y prefiero advertirlos.
Creo que Tom Waits es el mejor cantautor de los últimos 40 años. Creo que es más cool que Jesucristo. Cuando sea grande, quiero ser como Tom Waits.
No sonar groupie.

Bad As Me es maravilloso. Es una patada a las bolas al término "dinosaurio". Es tan distante frente a los nuevos (ya ni tanto) discos de Dylan o de Neil Young o de Springsteen, tan lejos de ser un "reciclaje decente" que sirve, más que proveedor de placer musical, como testimonio de que el pasado sí fue mejor. Bad As Me no es el mejor álbum de Waits ni mucho menos, pero es un producto destacado en una discografía que tiene 17 álbumes de un tipo bien pasado los 60. No es innovador, pero seguro que es fresco. No constituye el principio ni el fin de uno de esos bloques de discos que Tom acostumbra (borracho sufridor/jazzero/gritón surrealista/gritón a secas), sino más bien se trata de un compilado de éxitos nostálgico que repasa su versatilidad con material nuevo. Bad as Me es (y esto es tan insólito) una excelente introducción a Tom Waits.

Lo extraordinario de este disco es que se trata de una colección de joyitas pop. Pop poco ortodoxo, quizás, pero joyitas de menos de cuatro minutos, perfectamente estructuradas y (sí, lo voy a decir, porque así de adulador estoy) accesibles. No sonar groupie. Por eso no quiero adentrarme más en esta charlatanería subjetiva y prefiero dedicarme a postear la música como es. Porque "¿a qué suena Bad As Me?" es una respuesta bastante compleja. La respuesta, seguramente, es "al Tom Waits de toda la vida".



Todos los temas de Bad As Me, de alguna forma, nos recuerdan a otros. Chicago, por ejemplo, nos es reminiscente a Such A Scream (de Bone Machine, pero sobre todo la sublime versión de su último tour) o a Way Down in the Hole-- pero más. Se trata de su mejor tema de inicio (y sí, el tipo tiene 16 discos más, y uno de esos abre con Singapour y otro con Hang On St. Christopher) y una de las mejores canciones del año (y hay hartas)Quizás sean las capas y capas de vientos violentos o el Waits gritón que amamos todos: es un temazo.



Waits se nos pone político. Citaré a una excelente reseña de este disco: "No nos sorprende tanto que Bad As Me sea un discazo, aún con Waits pasados los 60. Siempre sonó viejo". También citaré a una crítica a Talking At the Same Time: es demasiado parecida a Dirt in the Ground, de Bone Machine. Mi respuesta fue "un tipo con casi veinte discos siempre va a tener canciones parecidas". Me arrepiento. El falsetto extraordinario está en ambas, pero las atmósferas son completamente diferentes. Una vez más, es un testimonio a la polivalencia de la voz de Waits.




Hell Broke Luce es probablemente la canción más varonil del siglo. Y cuenta con el riff de guitarra más oportuno nunca. También: hip hop.



Hay varias canciones en el álbum que recuerdan a la época sufrida ebria de Waits: Kiss Me, Pay Me, Last Leaf (con Keith-Nunca Me Voy A Morir- Richards) y esta. Pongo New Year's Eve porque usa Auld Lang Syne (el himno céltico de año nuevo que dices no tener idea pero tararearías completo al escuchar los primeros segundos), porque es una canción para Año Nuevo, porque es la más dramática (la escena fantástica de la reunión familiar que no va tan bien) y porque reafirma el status de Waits, escritor, comparable con los Cohen y los Dylan y los Young, pero en cambio viejo. Siempre viejo.

Joanna vamos a Macas.