El tercer trabajo del ex - Red house painters Mark Kozelek con el seudónimo Sun Kil Moon (nombrado después del boxeador coreano Sung Kil Moon) se ha encontrado en gran debate entre quienes consideran de lo más brillante del año y los detractores que lo tildan de lento y plano. Para mi opinión se requiere gran maestría en composición y sensibilidad para lograr que piezas acústicas letárgicas con guitarra como elemento principal que bordean los 7 minutos sin cambios drásticos logren mantener conectado al oyente, y más aun hacerlo volver por más. Y éste es el caso de un disco como estos, diría que se necesita tener paciencia para llegar a entenderlo, pero no creo que ese es el punto, más bien se necesita encontrar el ambiente ideal, aislado tal como fue concebido y el resto simplemente fluirá como el caudal de un río manso en una tarde de otoño (saludos Bonafont). Como datos adicionales cuenta con invitados de lujo como Bonnie "Prince" Billy y Ben Gibbard (Death Cab for Cutie, The Postal Service).
No siempre lo bueno viene en envase pequeño
No hay comentarios:
Publicar un comentario