La historia va más o menos así. Un tipo con una intensa depresión se encierra en su dormitorio durante varios días con un secuenciador yamaha y una consola de 16 canales y se manda tracks tan buenos que terminan en manos de el productor de Björk y el sonidista de Sigur Rós, quienes le dan el toque final a un disco que desafía las convenciones de como debe sonar y como debe hacerse la buena música.
El disco empieza con la imponente "So low so High" una especie de Bitter Sweet Symphony para el nuevo milenio que deja claro el intenso espíritu sonoro del resto de tracks. Un disco envolvente lleno de magníficas y dulces melodías acompañadas por paredes de sonido electrónico y una voz robótica susurrante.
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2 comentarios:
James Chapman nos deleitó con su debut We can create el año pasado, un gran trabajo con una atmósfera muy epecial.. Mis favoritas: You don't know her name, glory verse y la genial To the sky
A mi me suena muy parecido a Luna
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